21.07.2022
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En Formación Prevención tenemos una misión: formar a nuestros participantes en materia de prevención de riesgos laborales. Este objetivo solo puede conseguirse si empezamos por definir los riesgos que puede acarrear una labor.
Hoy nos hemos propuesto definir hasta que no quede ningún ápice de duda todo lo relacionado con el contacto eléctrico directo e indirecto. Recuerda que en nuestro calendario tenemos un Curso PRL oficial y homologado en Electricidad de alta y baja tensión, en los que te enseñaremos todas las medidas preventivas con respecto a este tema. Además, hasta el 31 de agosto de 2022 tenemos una oferta para particulares, en los que encontrarás este curso y muchos más con descuento.
¿Te interesa todo lo relacionado con el contacto eléctrico? En caso de que sí, ¡sigue leyendo!
Cuando hablamos de contacto eléctrico directo nos referimos a cualquier toma de contacto entre una persona (o animal) con una parte activa que esté en tensión de una instalación eléctrica. Esta situación sucede cuando se entra en contacto con un cable pelado, por ejemplo.
Sin embargo, cuando hablamos de contacto eléctrico indirecto nos referimos a esa misma toma de contacto pero de manera accidental. Esto sucede cuando se toca una instalación o masa que se ha puesto de manera involuntaria en tensión o simplemente cuando es un resultado de un fallo de aislamiento. Un ejemplo que puede servir como aclaratorio es el de un secador de pelo: si existiese un fallo de aislamiento, puede suceder que la carcasa del propio electrodoméstico emitiese descarga eléctrica (un conductor que en una situación de normalidad y buen estado no debería).
El siguiente paso para prevenir un accidente relacionado con la electricidad, es hacer un repaso de los riesgos que pueden ocasionar su origen. Nuestra experiencia nos dice que conocerlos a la perfección es clave esencial para su prevención.
Conocer cómo funcionan los protocolos de seguridad es esencial para poder ponerlos en práctica y evitar males mayores.
Una vez materializado el riesgo y habiéndose convertido en accidente, las consecuencias pueden ser muy diversas. Esto depende de la carga eléctrica y de la reacción del accidentado, principalmente. Algunas lesiones frecuentes son los calambres, una de las consecuencias más leves y siendo así el mejor de los casos. Entre las graves encontraríamos irregularidades cardíacas, asfixia, calambre muscular o, en el peor de los escenarios, la muerte de la persona accidentada.
Nuestra misión es reducir todo lo posible los riesgos de sufrir un accidente que implique contacto eléctrico. Por ese motivo y, sabiendo todo lo anterior, vayamos a lo esencial: algunos consejos y medidas que pueden ayudarnos a prevenir este tipo de inconvenientes.
El mensaje que queremos transmitir no es de temor, sino de respeto por la electricidad. ¡El conocimiento y la prudencia es poder!
¡Hasta el próximo post!
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