Los 7 riesgos laborales que debes prevenir
30.08.2022
Como muchos de vosotros ya sabéis, la prevención de riesgos laborales se puede definir como el conjunto de medidas o acciones a llevar a cabo dentro de una empresa, con el fin de disminuir o evitar la posibilidad de que alguno de los empleados sufra algún daño derivado de su puesto de trabajo.
Para conseguirlo, las empresas deben basarse en una correcta evaluación de los riesgos que puedan existir para tomar las medidas preventivas necesarias en cada caso. La ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales define claramente que cada actividad requiere de un análisis preventivo específico.
Todos como trabajadores estamos expuestos, en mayor o menor medida, a diferentes riesgos, pero principalmente son 7 riesgos laborales con los que nos podemos encontrar a la hora de desempeñar nuestras tareas.
¡Te los explicamos todos a continuación!
Riesgos físicos
Los riesgos físicos son todos aquellos factores ambientales que dependen de las propiedades físicas de los cuerpos, como pueden ser su carga física, ruido o iluminación. Si detallamos los más frecuentes son:
Lo definimos como una sensación auditiva desagradable. Si se está muy expuesto durante un largo periodo de tiempo, se pueden desarrollar lesiones en el tímpano y las células capilares, lo que puede desembocar en una pérdida de la capacidad auditiva. Si debido a nuestro trabajo estamos en constante interacción con ruidos, la medida que hay que tomar sería protegernos con todas las medidas de seguridad posibles para minimizarlo.
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Vibraciones de maquinaria
Pueden afectar a nivel físico, en especial a la columna vertebral, al abdomen, a la cabeza e incluso llegar a sufrir dolores digestivos.
Es uno de los problemas principales derivados de la iluminación. Otros pueden ser las sombras, la fatiga o los reflejos. Para evitarlo, hay que vigilar el tipo de lámparas que se utilizan y sobre todo respetar los niveles adecuados de luz.
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La temperatura y humedad del ambiente
Estas condiciones llevadas a los extremos, tanto si son excesivamente altas o bajas, pueden producir efectos adversos en los trabajadores. Se recomienda trabajar a 21º y 50% de humedad.
Pueden ser las más peligrosas ya que son más difíciles de detectar y alteran el estado físico sin percibirse en el ambiente. Como sus efectos a largo plazo pueden ser graves, es imprescindible limitar las ondas y llevar un control médico.
Riesgos químicos
Son aquellos riesgos laborales que derivan de procesos químicos y del medio ambiente. La inhalación, absorción o ingestión de algún componente nocivo para la salud puede derivar en enfermedades como alergias, asfixias o algunos virus.
Sin embargo, hay varias formas de actuar para evitar este tipo de riesgo:
- Podemos sustituir productos, cambiando el proceso productivo para evitar químicos perjudiciales.
- Otra forma es limpiar exhaustivamente el puesto de trabajo y contar con ventilación por dilución.
- Formar al trabajador en nuevas áreas para permitir la rotación de puestos de trabajo.
- Aislar al empleado de la exposición mediante equipos de protección adecuados, como mascarillas o guantes.
Riesgos ergonómicos
Se puede definir la ergonomía, dentro de la materia de la prevención de riesgos laborales, como la ciencia que busca adaptarse de manera integral al hombre en el lugar de trabajo.
Los principales riesgos que se pueden encontrar son las posturas inadecuadas, el levantamiento de cargas pesadas o los movimientos repetitivos.
Aunque puedan parecer riesgos laborales más inofensivos que los mencionados con anterioridad, ofrece cifras bastante altas en lo que respecta a bajas laborales.
Algunas recomendaciones para evitar padecer estas molestias sería estirar los músculos y articulaciones para evitar futuras lesiones, estar en movimiento cada cierto tiempo para que el cuerpo se relaje y, dentro de lo posible, mantener siempre una postura correcta al ejercer cualquier movimiento que requiera el puesto de trabajo.
Riesgos biológicos
Son los riesgos derivados de la exposición a microorganismos como bacterias, virus, hongos o parásitos que pueden dar lugar a enfermedades. Su transmisión se suele producir a través de vía respiratoria, sanguínea o digestiva.
Este es un problema principal de los trabajadores de los centros sanitarios. La recomendación principal sería llevar un control de vacunación y protegerse mediante un equipo adecuado.
Riesgos mecánicos
Se producen al llevar a cabo acciones que requieran utilizar herramientas de cualquier tipo. Son aquellos que producen lesiones corporales, como golpes por objetos desprendidos, quemaduras, cortes, contusiones o aplastamientos.
Los trabajadores más expuestos a estos riesgos son los que trabajan en altura, con superficies inseguras o los que cuentan con equipos y herramientas defectuosas.
Por eso, se recomienda revisar la maquinaria con la que se trabaja de manera rutinaria, para evitar incidentes. Además, hay que asegurarse de que el equipo cuenta con la etiqueta CE y cumple los requisitos que garantizan su seguridad. Por último, tanto para instalarlos como para utilizarlos, siempre hay que seguir las instrucción del manual del fabricante.
Riesgos psicosociales
Este tipo de riesgo puede afectar a cualquier tipo de trabajador, sea del sector que sea y en cualquier momento de la vida laboral. Hablamos de aquellos problemas que afectan a nuestro estado mental y anímico. Los más frecuentes son el estrés, la ansiedad, la fatiga laboral y la depresión.
Para prevenirlos se recomienda, en el caso de no contar con la posibilidad de cambiar de puesto de trabajo, realizar ejercicios de relajación muscular y respiración. Además es aconsejable realizar pausas cortas de 10 minutos cada hora y media en el trabajo. Por último, no olvidar pedir ayuda a un profesional especializado en la materia para que pueda trabajar contigo la terapia que más se ajuste a tus necesidades.
Riesgos ambientales
Por desgracia este tipo de riesgos son los únicos que no podemos controlar, ya que se producen a consecuencia de un daño o catástrofe derivado de una acción humana o un fenómeno natural. Se dividen en dos:
Los que se manifiestan dentro de la naturaleza, como una inundación o tempestad.
Los derivados de acciones o actividades humanas, como la expulsión accidental de un gas nocivo.
Como no se pueden prevenir al 100%, se recomienda en estas situaciones contar con un buen plan de gestión de crisis para mitigar los efectos negativos que puedan provocar.
Esperamos haberte ayudado a diferenciar y conocer los 7 tipos de riesgos laborales que debes prevenir en tu lugar de trabajo.
Si quieres contactar con nosotros para obtener más información, tanto sobre estos riesgos laborales, como de nuestros cursos, escríbenos a través de nuestro módulo de contacto.
¡Nos leemos en el siguiente artículo!
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