01.10.2025
Índice de contenidos:
La seguridad y salud en el trabajo es una prioridad en cualquier organización. Conocer las técnicas de prevención de riesgos laborales permite cumplir con la normativa vigente y también garantizar entornos de trabajo más seguros, saludables y productivos.
En esta guía completa explicamos qué son, cuáles son sus principales disciplinas, cómo se aplican en la práctica y qué innovaciones están transformando la prevención en las empresas.
La prevención de riesgos laborales (PRL) es el conjunto de medidas adoptadas en todas las fases de la actividad empresarial con el objetivo de evitar o minimizar los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.
Sus principales objetivos son:
La Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece las obligaciones de empresarios y trabajadores en esta materia. En ella se definen los derechos de los empleados a una protección eficaz, así como las responsabilidades de la empresa en la identificación, evaluación y control de riesgos. También obliga a la integración de la prevención en todos los niveles de la organización.
La acción preventiva se apoya en tres pilares fundamentales:
Las técnicas o disciplinas preventivas son el núcleo de la PRL. Cada una aborda un aspecto distinto de la seguridad y salud en el trabajo.
Se centra en prevenir accidentes mediante medidas que reducen riesgos mecánicos, eléctricos, de caídas o atrapamientos. Incluye el uso de protecciones colectivas, señalización y protocolos de actuación.
Estudia y controla los contaminantes presentes en el ambiente laboral (polvo, gases, vapores, ruido, radiaciones). Su objetivo es evitar enfermedades profesionales derivadas de la exposición a agentes físicos, químicos o biológicos.
Evalúa cómo las condiciones de trabajo afectan al bienestar físico y mental de los trabajadores. Incluye el diseño ergonómico de los puestos, la organización de tareas y la prevención de riesgos psicosociales como estrés o burnout.
Supervisa la salud de los trabajadores a través de reconocimientos médicos, vigilancia específica y promoción de hábitos saludables. Es una disciplina clave en la detección temprana de patologías vinculadas al trabajo.
Además de las técnicas preventivas, existen las técnicas de protección, que actúan cuando el riesgo no se ha podido eliminar por completo.
Engloba todas aquellas medidas que protegen a un grupo de trabajadores al mismo tiempo. Ejemplos: barandillas, sistemas de ventilación, redes de seguridad o señalización de emergencia.
Cuando no es posible eliminar el riesgo, se recurre a los equipos de protección individual (EPI), como cascos, guantes, gafas o arneses. Para conocer en detalle su importancia, consulta nuestra guía sobre qué son los EPI y cómo usarlos correctamente.
Una adecuada señalización (colores, pictogramas, carteles) permite identificar riesgos, salidas de emergencia y equipos de protección.
Definir protocolos claros para situaciones de emergencia, uso de maquinaria o manipulación de sustancias peligrosas es fundamental para reducir la siniestralidad.
La norma ISO 45001 proporciona un marco internacional para la gestión de la seguridad y salud en el trabajo, basado en la mejora continua y la integración de la prevención en todos los procesos de la empresa.
La prevención no funciona sin el compromiso y conocimiento de los trabajadores. La formación en prevención de riesgos laborales es clave para que cada empleado conozca los riesgos de su puesto, sepa cómo actuar y cumpla los protocolos establecidos.
La digitalización está transformando las técnicas de prevención de riesgos laborales.
Sensores inteligentes, IoT y aplicaciones móviles permiten monitorizar en tiempo real las condiciones de trabajo y anticipar riesgos.
El análisis de grandes volúmenes de datos facilita identificar patrones y predecir accidentes, mejorando la toma de decisiones en materia de PRL.
Cada vez más empresas utilizan simuladores y realidad virtual para entrenar a sus trabajadores en entornos seguros y realistas. Esto mejora la preparación ante emergencias y refuerza la cultura preventiva.
Las principales son: seguridad en el trabajo, higiene industrial, ergonomía y psicosociología aplicada, y medicina del trabajo.
Las técnicas de prevención buscan evitar el riesgo, mientras que las de protección reducen sus consecuencias cuando no puede eliminarse.
Un técnico en prevención de riesgos laborales debe contar con una formación específica que varía según el nivel de responsabilidad y funciones que vaya a desempeñar. Es importante aclarar que, aunque con el curso PRL de 60 horas se puede ejercer como Recurso Preventivo, esto no equivale a ser Técnico de PRL.
Dentro de la figura de Técnico existen dos niveles principales: Intermedio y Superior.
Para ejercer como Técnico Intermedio de PRL es necesario contar con una formación oficial y homologada en España, con una duración mínima de 300 horas. Este nivel permite al profesional asumir tareas clave dentro de la prevención, tales como:
El nivel superior corresponde al perfil profesional de un Técnico en Prevención de Riesgos Laborales. Para acceder a él es indispensable contar con una titulación universitaria previa y cursar un máster habilitante en PRL. Este nivel permite asumir la máxima responsabilidad en la gestión y coordinación de la prevención dentro de una empresa, liderando estrategias y planes para garantizar la seguridad y la salud laboral de los trabajadores.
Las técnicas de prevención de riesgos laborales son fundamentales para garantizar la seguridad, la salud y el bienestar de los trabajadores.
Desde Formación Prevención, mantenemos que conocer las disciplinas preventivas, aplicar correctamente las técnicas de protección y apoyarse en la formación y la innovación tecnológica permite reducir accidentes, mejorar la productividad y fomentar una auténtica cultura preventiva en las empresas.
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